INGREDIENTES:
- 500 g queso fresco (tipo philadelphia o San Millán).
- 4 huevos.
- 200 g azúcar.
- ¼ litro nata para montar.
- 1 cucharada de harina.
- 1 pellizco de sal.
PREPARACIÓN:
- Precaliente el horno a 220º.
- Introduzca todos los ingredientes en el vaso y bata 20 segundos, velocidad 4. Compruebe que ha quedado bien mezclado.
- Forre un molde de aro desmontable tipo bizcocho (de los altos) con papel de hornear y vuelque la mezcla reservada.
- Hornee unos 35-40 minutos dependiendo del horno. Ha de quedar dorado por arriba y cremoso por dentro. Deje enfriar y desmolde con cuidad. Sirva fría o tibia.
NOTA: Como no lleva base es una tarta muy rápida de realizar. Es cuestión de mezclar bien los ingredientes y de no pasarte con el horno para que quede cremoso. También le da cremosidad el trabajar con ingredientes que no sean bajos en grasa. Al hornear con horno muy caliente conseguimos esa costra dorada y ligeramente caramelizada.Queda muy rica tanto tibia como fría y podemos acompañarla con unas láminas finas de membrillo que le darán un toque ligeramente fresco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario